¡¡Hola a todos!!
Bueno, a un día de que acabe mayo, creo que es de justicia hacer mención de lo que hemos celebrado en este mes. La Iglesia ha dedicado 31 días seguidos a la Virgen , la madre de Jesús y madre nuestra.
Podría decir muchas cosas de ella y me seguiría quedando corta (además de que vosotros dejarías de leer el texto a los 3 minutos, jeje).
Sólo quería hablaros un poquito de la oración preferida de María: el rosario. Suele considerarse repetitivo y aburrido, pero si sabemos realmente lo que estamos haciendo y diciendo, esta oración se llena de sentido, sencillez, alegría...
El rosario, recitado y escuchado repetidamente, tiene una función liberadora, calma y purifica nuestra alma y disminuye nuestra dispersión mental. Así, una vez libre de otros pensamientos Dios se manifiesta mejor.
Con el rosario hacemos un recorrido por la vida de Cristo y de su madre, y conocemos y compartimos sus momentos de gozo y de sufrimiento.
Como se dice en unos dibujos para niños, rosario viene de "rosa", porque con cada Avemaría le hacemos un regalo a la Virgen.