domingo, 19 de diciembre de 2010

Ya se acaba, pero viene lo mejor.



Sí, el Adviento se acaba. Hoy es el último domingo. El viernes que viene es Nochebuena.
Hemos tenido cuatro semanitas para preparar este acontecimiento como Dios manda. No me refiero a comprar turrones, champán, cochinillo o pato a l´orange; sino a preparar nuestro corazón y nuestra vida para recibir al Mesías.

Quizás se te haya pasado el tiempo volando y no te has preparado lo suficiente, pero no pasa nada. Aún te quedan 5 maravillosos días para que lo hagas. ¿Cómo? Pues haciendo pequeñas mortificaciones, ofreciéndole al Señor las cosas que nos cuestan, rezando algún rosario, acudiendo a misa todos los días, confesándote o entrando en una iglesia cuando la veas abierta y saludar al Jesús. ¡SE CREATIVO! Hay mil cosas para preparar el corazón.

Yo les explicaba a mis alumnos de 5 años que el corazón es como una casa. Cada vez que hay una fiesta o viene alguien a nuestro hogar lo arreglamos, lo limpiamos, abrimos bien las ventanas, ponemos flores o algunos adornos… Con el corazón pasa lo mismo. Lo tenemos sucio, con heridas, moraduras y muy oscuro. Tenemos que prepararlo para la llegada de las personas más importante del mundo, y eso lo hacemos durante este tiempo.
En definitiva, este tiempo está para, como decía uno de mis alumnos, “hacer el corazón blandito y sabroso” ;)

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