Sí, el Adviento se acaba. Hoy es el último domingo. El viernes que viene es Nochebuena.
Hemos tenido cuatro semanitas para preparar este acontecimiento como Dios manda. No me refiero a comprar turrones, champán, cochinillo o pato a l´orange; sino a preparar nuestro corazón y nuestra vida para recibir al Mesías.
Quizás se te haya pasado el tiempo volando y no te has preparado lo suficiente, pero no pasa nada. Aún te quedan 5 maravillosos días para que lo hagas. ¿Cómo? Pues haciendo pequeñas mortificaciones, ofreciéndole al Señor las cosas que nos cuestan, rezando algún rosario, acudiendo a misa todos los días, confesándote o entrando en una iglesia cuando la veas abierta y saludar al Jesús. ¡SE CREATIVO! Hay mil cosas para preparar el corazón.
Yo les explicaba a mis alumnos de 5 años que el corazón es como una casa. Cada vez que hay una fiesta o viene alguien a nuestro hogar lo arreglamos, lo limpiamos, abrimos bien las ventanas, ponemos flores o algunos adornos… Con el corazón pasa lo mismo. Lo tenemos sucio, con heridas, moraduras y muy oscuro. Tenemos que prepararlo para la llegada de las personas más importante del mundo, y eso lo hacemos durante este tiempo.
En definitiva, este tiempo está para, como decía uno de mis alumnos, “hacer el corazón blandito y sabroso” ;)
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