jueves, 30 de diciembre de 2010

Un día diferente

Hoy he estado en Sant Mateu, un pueblecito del interior de Castellón situado a más de 130 km de Valencia. Ha sido la primer vez que iba por allí, la primera vez que conducía tanto en el mismo día y la primera vez que había quedado con una persona a la que la había conocido por internet (y no se trataba de ningún hombre).

Me he ido a conocer a unas monjas agustinas. Una de ellas contactó conmigo a través del Facebook por medio de una chica que conocemos las dos. Después de estar varias semanas facebookeando con ella me decidí a ir para conocerla; a ella y las resto de sus hermanas.
 ¿Y sabéis qué? ¡Son unas monjitas adorables! Llevan una vida recogida de oración y trabajo, todo por amor a Dios y a los demás. También reciben visitas, tanto de sus familiares y amigos como de gente curiosa que pasa por allí (o pide ir a verlas, como yo jeje).

Muchas personas se pueden preguntar qué hacen allí o porqué pierden el tiempo y la vida de esa forma, si nadie les ve o ni siquiera la gente sabe que existen. Una de ellas me ha contado que ellas son como la flor silvestre que nace en lo alto de una montaña virgen a la que no ha subido ningún ser humano. Esa flor que nadie ve ni huele pero que está ahí para dar gloria a Dios con su color y su perfume, que está ahí para adornar la naturaleza y para que las abejas vayan a ella a por el polen.

Y es como tiene que ser. La vida contemplativa es para pasar desapercibida y orar sin descanso por toda la humanidad. Que pena que haya órdenes que no comprenden esto y desvirtúen este carisma tan precioso y necesario. A esas monjas les recordaría el viejo dicho español: "Zapatero, ¡a tus zapatos!"

P.D. Os dejo el enlace de un video de estas fantásticas mujeres. Es del año 2000, así que hay cosillas que ahora son diferentes. De hecho, muchas monjas del video ya no están.

http://vimeo.com/16730671

Saludos :)

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